LLevamos 50 días de celebrar la Resurrección de Jesús. Compañía del Resucitado que lleva a " re-vivir" el paso de Dios por nuestra vida.
Hoy es el nacimiento de la Iglesia, nació un día de Pentecostés, nació del Espíritu Santo.
Nos dice el Evangelio que los discípulos estaban "encerrados por miedo" y que Jesús, Su Espíritu, irrumpe en medio de ellos con un viento que les transforma.
El Espíritu, en hebreo es una palabra femenina. Nos dice la teología que El Espíritu es el Amor del Padre y el Hijo. Quien lea detenidamente el Himno de la Secuencia al Espíritu Santo, las cualidades descritas ahí en su mayoría son femeninas ( no me refiero a hombre o mujer, me refiero al constructo femenino: acogendor, suavidad, dulce, serenidad, brisa, amoroso, consuelo etc..., lo mismo que también hay masculinas: Esplendido, luz que penetra, sanar, lavar, infundir, dar mérito, etc..)
Lo podemos leer a continuación:
Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, Don, en tus dones espléndido. Luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo. Ven, Dulce Huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, si no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo. Lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén. Aleluya |
Podemos decir como el papa Juan Pablo I , que Dios es a la vez, Padre y Madre. Celebrar al Espíritu es Celebrar la SUAVIDAD DE DIOS.
El Espiritu tiene mucho que ver con la espontanidad, el arte, lo no previsto, la inspiración etc....lo que sale del corazón. De la zona del corazón brotan las energías que transforman al hombre, si nos dejamos llevar por ellas.
Los signos para describir al Espiritu suelen ser: Brisa, aire, fuego, soplo, suavidad, fuerza. Si nos percatamos, son cosas que no podemos "coger con nuestras manos", tan solo se sienten, se ven sus efectos, se perciben, pero no puedo atraparlos: Así es el Espíritu Santo.
Puedo sentirlo, ver como transforma, pero no puedo atraparlo: "Sopla donde quiere y como quiere".
para entender el Espíritu Santo, podemos decir que es el "Modo Santo de Dios de hacer las cosas". Dios "hace" muchas cosas: perdona, sana, acoge, comparte, da, se da, solicita, invita. Pero todo esto lo hace con un "modo": Su Espíritu.
Todos nosotros hemos tenido la experiencia en donde a veces alguien cercano nos dice: " me lo hubieras dicho de otro modo", " con ese modo como me lo diste no me gustó", " qué modo mas bonito tienes". la palabra "modo" puede ser sustituido por espíritu: "Me lo hubieras dicho con otro espíritu, no con el espíritu de agresión", " con ese modo de desprecio con que me lo diste no me gustó", " Que modo de acogida mas bonito tienes".
En fin que todo "hacer" tiene un "modo". Todo hacer tiene un espíritu con que se hace.
En la vida no se trata de ver si alguien es espiritual o no lo es. De lo que se trata es con qué espíritu actúa. Con qué modo: ¿Con el modo ( Espíritu) de Dios? ¿Con su "modo" Santo"? o con un modo no Santo: modo de violencia, modo de rencor, modo de venganza .....
No podemos contentarnos con decir que "hacemos" lo que Dios hace ( o al menos lo pretendemos), la cuestión principal está en unir ese "hacer" con "el modo de Dios"
El Espíritu enciende la pasión de Enamorarse de la Fuente de la Vida. Provoca hacer locuras por Cristo. "Lo jamás oído y jamás visto".
Babel, la torre construida desde la soberbia, donde llegan a no entenderse los seres humanos, es una narración que nos hace ver lo contrario de Pentecostés, donde en vez de querer "llegar a lo Alto" ( Babel), lo que se hace es " recibir de lo Alto" ( Pentecostés). En vez de no llegarse a entender ( Babel), todos escuchan en su propia lengua ( Pentecostés), En vez de estar divididos ( Babel), surge la unidad de fondo ( Pentecostés). Así es el modo de Dios.
En nuestras casas a veces aunque hablamos castellano, no nos entendemos. He escuchado a veces a madres o padres de familia diciendo: ¡Quieres que te lo repita en Chino o que¡.
El lenguaje materno si no va acompañado por el lenguaje del "amor" ( la actitud amorosa), tanto por emisor y receptor, en vez de unir divide.
Pidamosle a Espíritu, que nos una en el lenguaje de su Amor. Que a este mundo le transforme desde esa ACTITUD AMOROSA DEL ESPÍRITU, QUE ES LA QUE EN VERDAD TRANSFORMA.
Al igual que los discípulos a veces nos encerramos por el miedo. El miedo, el temor es una información muy rica, como todo sentimiento. El temor, a veces nos hace encerrarnos, que nos comamos solos el problema, no comunicarlo. Nos encerramos en nuestros propios pensamientos catastróficos, fantasmas. Si el miedo es ante algo real, enhorabuena por la información que me proporciona el miedo. Si es por algo imaginario, lo mejor es cotejarlo con la realidad, y hablarlo.
Cuando sientas temor, no te encierres en él, tampoco le huyas. Enfrentalo, dale la cara, busca recursos, busca ayuda. El Espíritu saca a los discípulos de su "encierro" hay una misión que les espera. Su miedo era real, no les quita el miedo, lo que hace es que ante el miedo asuman otros recursos para solucionar su situación.
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